miércoles, abril 26, 2006

Gourmet

-¿Semillas? Preguntó el agente Vidal al forense mientras presenciaba la autopsia.
-Si, definitivamente, de chile o tal vez tomate, y esa pulpa amarillenta es pollo.
- ¡Puta, que asco!
-Lo último que tragó el desgraciado fue pollo en algun tipo de caldo o salsa verde.
El forense manipulaba pacientemente las víceras del occiso buscando la última de las 27 balas. El agente apretaba los puños para contener el vómito.
-Somos unos pinches contenedores.
Que mala suerte, si el hubiese sabido que esa sería su última comida seguramente hubiera ordenado otra cosa.
-¿No se le ha ocurrido Vidal, que tal vez el pollo en salsa verde era su platillo favorito?

Tarrito

Cuando Eugenia se despertó, no tenía ganas de volver a tocar una botella de alcohol por mucho tiempo. Se dio la vuelta alejandose del charco de vomito y vio a Julio acostado a unos centímetros de ella sonriendo como imbecil.
-No soporto el dolor de cabeza.
Julio hizo una mueca maliciosa.
-¿Quieres un dulce?
-Si.
-¿Chicle o paleta?
-Paleta.
-Toma.
Recibio una paleta en forma de cerveza y nada más de verla las nauseas volvieron.
-No mames, toma tu pinche paleta, me dierón nauseas otra vez.
Julio riendose le dijo: ¡Chale, no aprecias una ironía de caramelo macizo!

lunes, abril 17, 2006

Humo


Cuando bajó del avión en el aeropuerto de la Ciudad de México se dijo a si misma: “pinche ciudad fea, todavía huele a fritanga y coladera”. Buscó en la pantalla el número de banda en la que debía recoger su equipaje y se dirigió a migración. Protagonizó una pelea con un empleado que quería confiscar una de sus botellas, evitó que los tipos de los diablitos tocaran su equipaje y abordo un taxi carísimo. “Pinche Joaquín, no podía posponer su reunión para recogerme.”
Afuera llovía a cántaros. En cuanto el taxi se puso en movimiento encendió un cigarro. El conductor la miro molesto por el retrovisor al tiempo que fingía una tos digna de un enfermo de tuberculosis. “Me vale madres tu tos pendejo, solo por eso me voy a chingar uno tras otro de aquí hasta que lleguemos.”

sábado, abril 15, 2006

Sex


Manejaba hacia mi casa y en un semáforo vi la placa del coche que estaba frente a mi.

Viendo el techo

No hice nada esta semana, gran parte del tiempo la pase en mi cama leyendo, viendo peliculas o simplemente viendo el techo. El resto del tiempo lo pasé parrandeando. También compré un par de discos.
El viernes Erick, Chamán y yo estuvimos en una reunión de una de las amigas de Erick. Ahi prácticamos diversos juegos en los que al perder tenias que beber. Todo acabo con Chamán y yo extremadamente alcoholizados comiendo sopa en su casa a las 6 de la mañana.
Hoy pretendía publicar otra de las historias de Jaimito, pero no me gustó como quedó, lo intentaré de nuevo en la semana.

viernes, abril 07, 2006

Lodo

Hoy soñé estar en un edificio en construcción. Se notaba que había llovido porque todo el piso estaba completamente enlodado. La construccion estaba conformada por cuatro edificios y en el centro un gran espacio destinado para ser un jardín. Yo estaba adentro de una camioneta 4x4 en el primer piso. Después de un momento bajaba de la camioneta e iba a la planta baja, ahí encontraba a uno de mis primos. Durante un momento nos quedamos parados sin decir nada. Lentamente voltee a mi izquierda y vi una nutria gigante que jugaba en el lodo. La nutria se deslizaba sobre su vientre usando unas tablas de madera como trampolín para despues caer en el centro del lodazal y revolcarse un par de veces. Inmediatamente al aterrizar en el lodo la nutria empezaba a adquirir un color verde y el hocico se le comenzaba a alargar, yo seguía mirando inmovil tratando de adivinar(aunque tenía la sensación de ya saber), en que estaba convirtiendose la nutria. Todo ocurria muy despacio, el pelo se le iba endureciendo, la cola se ensanchaba y las extremidades se alargaban ligeramente. Dejé de obsevar por que escuche ruidos a mi derecha, entonces giré y vi un enorme lagarto.
No podía acertar que clase de lagarto era exáctamente, caminaba sobre sus extremidades anteriores, tenía el hócico largo como el de un caimán y tenía una aleta en el lomo. Me asusté. Volvi la mirada hacia la nutria y esta también era un lagarto, pero diferente, de pronto a donde quiera que volteaba había lagartos gigantes de diferentes características y tamaños, todos simplemente echados en el barro o parados sin moverse con una expresión estúpida en la jeta.

Mi primo me miro y me dijo que le gustaría hacer lo mismo que la nutria, corrió hacia el trampolín y se deslizó hacia el lodo.