Doné sangre el martes. Todo ese día estuve somnoliento. Me gustó ver mis brazos perforados, me sentía como un junkie. Dos pinchazos en el brazo izquierdo y uno en el derecho, esto porque mi sangre no queria fluir. La sangre salió lentamente y tardo en llenar la bolsita el doble de tiempo que los demás donadores.
Primera vez que dono. Todas las veces anteriores que me lo pedían me veía imposibilitado porque había consumido alcohol en las 24 horas anteriores. Al final me dieron un pase para el comedor y degusté los huevos en salsa verde más culeros de mi vida.
Por cierto, extraño a Sofi.
2 comentarios:
Eso de donar sangre no es lo mio, una vez que me hicieron análisis casi pierdo el conocimiento.
los de la cruz roja ya no me quieren. chale.
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