Era el hijo del intendente, después de clases tenía que ayudar a su padre a mantener en buen estado las áreas verdes. Desde las 3 de la tarde se le podía ver cortando hierbas malas y dando forma de animalitos a los arbustos siempre enfundado en un overol naranja. Odiaba esa escuela y a todos en ella. Todos rubios, todos ricos, todos idiotas. Ahi no encajaba el. Constantemente era blanco de burlas y recibia apodos relativos a su trabajo. Agente Naranja le puso la chica más rubia de la escuela. Ese apodo lo toleró, era más inteligente que Edward Sissorhands y significaba que ella sabía de su existencia. Además es más cool ser un herbicida cancerígeno que un pendejo con tijeras en las manos.
3 comentarios:
Por un instante me idnetifique.
preferiría ser un pendejo con manos de tijera, pero lo digo de dientes hacia afuera
supongo que así pasa siempre: uno cree en algo hasta que una mujer, sin agraviar a las presentes, lo arruina todo. Pero como son damas, decimos que no lo arruinan sino que lo mejoran. Seguro el agente naranja ahora prefiere ser un imbécil con manos de tijeras.
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