jueves, marzo 16, 2006

Ménage-à-trois


Mi ex-novia vive con una amiga y la verdad, la amiga no esta nada mal. Hace como un mes, la relación ya sufria de algunos problemas, por lo cual decidí terminarla. En mi costumbre por hacer de un evento ordinario un completo desmadre se me ocurrio terminar con ella de una forma original: Le pediría que hicieramos un trio con su amiga. Realmente no tenía nada que perder, lo único malo que me podía pasar era recibir un par de bofetadas y en el mejor (aunque improbable) de los escenarios, aceptarían.

En fín me la pasé dandole vueltas al asunto un par de dias (a veces soy muy joto para llevar a cabo mis pendejadas). Al siguiente martes ya decidido y con la consigna de "a ver que pasa chinguesumadre" llevé a cabo el plan, que realmente no existía, ya que no tenía ni puta idea de que iba a hacer después de soltar mis tonterias. Como sea, salimos del Instituto y la lleve a su casa. Entramos y comimos algo. Después nos echamos a ver la televisión, y alli solté la bomba.

E: Tengo que decirte algo...
A: ¿que?
E: Es dificil de explicar.
A: ¡Pues dime y ya!
-La paciencia no es una de sus virtudes...
E: Es que involucra a una tercera persona...
A: ¡Pendejo! ¡Andas con otra verdad!
E: ¡No!
A: De seguro es eso y ya te arrepentiste. ¡Eres un pendejo!
E: No, esperate.
A: Ni madres, no voy a estar aqui de pendeja.
- Tras unos minutos de ataques que son fáciles de imaginar y por lo tanto inecesarios de relatar corté la explosión de ira con mi inusual petición.
E: ¡Ya callate, lo que te quería pedir era que hicieramos un trio con M!
-Silencio. Se levanta y se dirige al baño, mientras yo me quedo sentado con cara de pendejo.
Después de unos minutos me pregunté que sería lo más sensato, largarme o quedarme a ver que pasaba. Decidí quedarme. Pasaron como veinte minutos y finalmente salió. En cuanto me vio me dijo: ¿por que chingados sigues aquí? A lo cual repliqué estupidamente -Nada, pues no me dijiste nada.-
Al ver su rostro intuí que se estaba reparando para darme un buen madrazo, pero no fue así.
A: No sé que decir, pero ya vete, no te quiero ver, tengo que pensarlo...
Esas tres últimas palabras fueron magicas. La posibilidad alli estaba. Me dí la vuelta, me metí al coche, arranque y me dirigí a mi casa. En el primer semaforó no pude más y exploté en carcajadas. Sin duda era una de las cosas más pendejas (en cuanto a relaciones) que había hecho en mi vida.

Al otro día me la pasé todo el tiempo que estuve en el instituto evitandola, finalmente cuando estaba recogiendo mis cosas para largarme, ellase acerco y me dijo: "M y yo ya lo pensamos y decidimos que no vale la pena estar perdiendo el tiempo con un güey como tú. Ya no me hables, ni me busques más".

Mierda.

Ese no fue el fin de la relación, pero si el de la anecdota...

2 comentarios:

Rata Espinal dijo...

no mames, casi se te hace!!!!!! Mis respetos señor....

proctorul dijo...

No mames, el éxito es una cuestión estadística.

Sigue intentando.