Viajaba en su motocicleta por la antigua ruta 66. Se detenía en cafeterias y restaurantes para camioneros dónde el menu consistia siempre de huevos estrellados con tocino o hamburguesa con queso y pay de limon como postre. Una rubia flaca que masticaba chicle con la boca abierta le servia constantemente café negro cargado y para hacer conversación le preguntaba de dónde venía, a dónde iba, y lo llamaba "honey", "darling" o "sugar".
Pasaba las noches en moteles de paredes delgadas y toallas raídas. En la noche lo despertaban los gemidos de la gente en los cuartos contiguos.
En una gasolinera el dueño le platicó de las epocas de prosperidad en los años 40, cuando era la ruta más popular de América según el. Ahora tenía suerte si tenía 10 clientes en un día. Le platico de los "72-ounce steak dinner" en "The Big Texan" cuando estaba en su sitio original y los moteles en forma de teepee...
5 comentarios:
Qué gran película me recuerda este texto.
chale yo me acordé de cars la de pixar...
Los relatos de los grandes días siempre suelen llegarnos con décadas de atraso. Al parecer, nunca seremos testigos de la properidad.
Sobrevivencia dietética. El colesterol. Los trigliceridos. Los ácidos grasos. La indigestión.
Prosperidad.
Yo recordé a un paciente del Doc House que tenía esa enfermedad del espejo
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