Eva

En algún lugar de esta ciudad Eva esta parada enfrente de un restaurante, que solo es frecuentado por borrachos y gente de mala calaña. Se encuentra mirando el anuncio pegado en la ventana de vidrio polarizado que muestra el siguiente mensaje: Se solicitan meseras guapas entre 18 y 35 años. Buen sueldo + propinas. Lo esta mirando mientras se pregunta si vale la pena trabajar para un montón de viejos lujuriosos que se la pasaran viéndole los senos y agarrándole el trasero. Ella tendrá que aceptar sus vulgaridades y sonreírles. Aunque podría estar peor, ya ha pasado por cosas mil veces peores, pero eso ya es historia, una historia horrible y juró no volver ni siquiera a pensar en eso.

En otro lugar de esta ciudad Eva atiende las llamadas de su jefe el cual salio de la oficina. Contesta llamadas de clientes, colegas, asociados. A todos les miente diciéndoles que el Dr. Fabregas se encuentra en un seminario y que volverá hasta el lunes. No es verdad, en realidad ayuda al doctor a cubrir su aventura con su enfermera. Lo hace sin que le importe en lo más mínimo. El doctor fue claro cuando dijo: No me interesa, ninguna llamada, no importa quien sea. Y si es mi esposa, dile que estoy en un seminario y que llegaré a casa hasta la noche. Cuando llega el momento de irse, lava las tazas, limpia la cafetera, recoge sus cosas, se cambia los tacones por unos zapatos de piso y apaga las luces.

En algún lugar de esta ciudad hay una estación de tren subterráneo, Eva viaja en el tren que esta llegando a la estación. Eva espera en el anden. Eva se levanta de su asiento y se acerca a la puerta. Eva se aproxima a la orilla del anden. El tren se detiene y Eva sale. Eva entra al vagón. Solo hay un asiento disponible. Eva toma el lugar de Eva.