lunes, julio 24, 2006

Nublado

Se despertó esa mañana con la determinación de enamorarse de una vez por todas. Mientras anudaba el cinturón de su bata pensaba que no solo se quería enamorar, quería que sucediera como en una comedia romántica estilo Hollywood. Después esa misma semana trató de conocer a alguien en la calle casualmente. Se sentó en una banca del parque y comenzó a pensar hasta dónde pueden ser forzadas las casualidades. Ese día no conoció a nadie.

Al otro día volvió al parque, se sentó en la misma banca que el día anterior, abrió un libro y se sumió en sus palabras. Cuando el cielo comenzó a nublarse interrumpió su lectura y se fue a su casa. Accidentalmente dejó su agenda en la banca.
Al otro día volvió a su rutina. Preparaba su café matutino como siempre, cargado y sin azúcar, cuando el teléfono sonó impaciente.

2 comentarios:

Sofía Reyes dijo...

sniff.
Por cierto, la música de fondo me acaba de poner un susto de muerte.

proctorul dijo...

Lo arreglaste. Además pienso que posiblemente no es el de la agenda, talvez sea alguien más, pero no dices que ella pensó recuperar su agenda, es una suposición abierta que resulta agradable.